Los miomas uterinos son los tumores benignos más frecuentes en mujeres en edad reproductiva. Están formados por células musculares lisas rodeadas de matriz extracelular y se desconoce la causa que los produce. Lo que sí se sabe es que no malignizan.
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes del mioma?
Son más frecuentes en las mujeres de mayor edad, sobre todo a partir de los 35 años, las de raza negra, las que sean obesas y aquellas con madres, o hermanas con miomas.
También hay circunstancias que protegen frente al desarrollo de miomas: la multiparidad, la vida activa y una dieta rica en frutas y verduras.
Los síntomas más frecuentes son principalmente reglas muy abundantes, dismenorrea, síntomas derivados de la presión sobre otras estructuras (urgencia miccional, dolor abdominal, estreñimiento)… Pueden provocar dificultad para quedar embarazadas y ello va a estar en función del número, tamaño y fundamentalmente de dónde estén localizados.
Una de cada 10 mujeres con problemas de fertilidad presenta al menos un mioma (aunque últimamente estamos viendo mayor número ya que las mujeres son de mayor edad cuando indican la búsqueda de embarazo).
¿Cómo afectan los miomas a las mujeres que están buscando el embarazo?
- Alteración en el transporte de gametos
- Alteración en la receptividad endometrial
- Alteración de la implantación embrionaria: contractilidad uterina anómala o la alteración en la vascularización
Diagnóstico
- La prueba básica es la ecografía vaginal 2D
- Ecografia 3D: Las unidades de reproducción deberían disponer de 3D ya que es la que nos permite ver si hay o no afectación de la cavidad uterina por miomas cercanos a la misma y nos da una información precisa acerca de la cirugía que tengamos que realizar y si puede ayudar o no a mejorar la fertilidad de la mujer (no todos los miomas se deben extirpar)
- La Resonancia magnética: se usa cuando hay muchos miomas o cuando queramos establecer bien cómo plantear la cirugía, sobre todo en los miomas de gran tamaño o múltiples.
- La Histerosonografia: consiste en la introducción de suero en cavidad uterina a través del cuello del útero. Se realiza en la consulta sin preparación y nos permite ver mejor los miomas submucosos y saber si son asequibles a tratamiento por histeroscopia (hoy en día ha quedado prácticamente relegada a un segundo plano después de la ecografía 3D, aunque a veces puede sernos de utilidad)
- La Histeroscopia nos permite tratar algunos miomas en un tiempo o en dos, dependiendo de si son exclusivamente cavitarios o bien están algo introducidos en la pared del útero, permitiéndonos que la misma contractilidad uterina se encargue de empujarlos hacia la cavidad tras abrir la seudocápsula del mioma en un primer tiempo. De forma incruenta, con sedación consciente, podemos extirpar esos miomas que pueden afectar a la nidación o bien provocar perdidas gestacionales
Tratamiento de los miomas en pacientes con deseo reproductivo
Tratamiento quirúrgico
HISTEROSCOPIA
Para los miomas submucosos: los que están dentro de la cavidad
Es una cirugía que permite una recuperación rápida
En algunos casos, hay que hacerlo en dos tiempos, pero en la mayoría, se extirpa el o los miomas en un solo acto quirúrgico
CIRUGIA ABIERTA
Cada día menos frecuente. Está quedando relegada a aquellos miomas gigantes que no permitan un tratamiento por laparoscopia o bien cuando sean muchos.
LAPAROSCOPIA – Cirugía mayor ambulatoria
Permite la extirpación de la mayoría de los miomas de forma menos invasiva
Cuando los miomas son grandes y deforman la cavidad se recomienda plantear la cirugía de forma individualizada. Siempre hay que explicar que toda cirugía no está exenta de riesgos y debe ser realizada en unidades con experiencia en estos tratamientos. Hoy en día la mayoría se puede intervenir por laparoscopia y en pocos meses la mujer puede seguir buscando gestación.
Tratamiento quirúrgico
Hoy en día se sabe que no se debe administrar tratamiento médico antes de la cirugía porque, aunque pueden disminuir el volumen del útero y el sangrado intraoperatorio. Este último se puede disminuir mediante oclusión transitoria de las arterias que irrigan al mioma durante la intervención.
Estos tratamientos producen efectos secundarios y dificultan la cirugía, tanto por histeroscopia como por laparoscopia por lo que no se recomiendan de forma sistemática. Además, retrasan el momento de buscar embarazo, algo inconcebible en las pacientes que tienen una edad más avanzada.