Aproximadamente, el 20% de las parejas que desean tener un hijo se encuentran con dificultades a la hora de buscar el embarazo. Pueden ser muchas las razones por las que el embarazo no se produzca, pero generalmente predominan aspectos como el retraso de la maternidad por parte de la mujer, la decreciente calidad del esperma o factores emocionales.
Numerosos estudios confirman el estrés como un componente muy influyente en el ámbito de la reproducción; se le considera como una posible causa de la infertilidad, e incluso como un factor negativo en cuanto al éxito de los procesos de reproducción asistida.
En medicina de la reproducción, es muy importante ser conscientes de que un elevado número de pacientes se ven realmente afectados por el proceso del tratamiento, condicionándoles a altos niveles su vida diaria debido a la acumulación de estrés y ansiedad. Tanto es así que hay quienes no se ven capaces de superarlo y abandonan.
En este motivo reside la importancia de cuidar a las personas que se someten al tratamiento por encima de todo. Es esencial mantener una vida saludable en todos los aspectos, no sólo a nivel físico, sino también a nivel emocional. Tener un hijo es un deseo de la pareja, pero jamás deben descuidarse ninguno de los dos con respecto a su salud personal.
Gracias a este pensamiento, cada día surgen más corrientes que abogan por cuidar y mimar a quienes desean tener un hijo. Un de las técnicas más novedosas que ha aterrizado recientemente en nuestro país es el Masaje de Fertilidad, un tratamiento que trabaja el bienestar físico de la mujer, así como psicológico, con la finalidad de conseguir el embarazo de forma natural.
En cualquier caso, reducir el estrés del embarazo no es tarea imposible. Estos consejos son muy útiles para calmar tu ansiedad, así como la de tu pareja.
- Descubre las causas del estrés y habla con un profesional o con alguien de confianza, como tu pareja o una amiga.
- Ten en cuenta que este estado de estrés y ansiedad es sólo temporal y pasajero: no te preocupes.
- Cuida tu salud tanto mental como física. Lleva una buena alimentación, duerme tus 8 horas y realiza ejercicio físico diario.
- Elimina de tu rutina aquellas actividades que no son realmente necesarias.
- En el trabajo, planea con anticipación tu futura ausencia. ¡No lo dejes para el final!
- Prueba con actividades de relajación, como la meditación o el yoga.
- También puedes practicar técnicas de relajación y respiración de cara al parto, de modo que sepas cómo será la llegada de tu bebé.